Entra gobernador Rocha Moya como mediador en caso Mazatlán
Si el alcalde de Mazatlán, Guillermo –“El Químico”- Benítez, se vuelve a “rajar”, el conflicto que mantiene semiparalizadas las actividades administrativas-operativas del ayuntamiento de Mazatlán podría quedar legal y democráticamente solucionado antes de una semana.
Con el plan de gobernar de manera autocrática, atropellando las obligaciones y facultades del Cabildo, el presidente municipal “estalló” cuando la mayoría de los regidores del ayuntamiento rechazaron aprobarle los nombramientos del secretario, el tesorero y el oficial mayor.
Las áreas aún no han sido ocupadas por la resistencia del alcalde Benítez Torres a dialogar y tomar acuerdos con el cuerpo de regidores, quienes, a su vez, en la coyuntura de la ausencia del munícipe, aprobaron en sesión de Cabildo los nombramientos de secretario de la comuna, tesorero y oficial mayor, no afines al presidente municipal.
Guillermo –“El Químico”- Benítez llegó a la alcaldía de Mazatlán como candidato del Partido Sinaloense (PAS). El Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) negó convertirlo su candidato a gobernador y tampoco lo nombró su candidato a la presidencia municipal; no le dio su apoyo por obrar sobre él diferentes denuncias, una de ellas por violencia política de género.
Fue así que “El Químico” Benítez entró al juego sucesorio con calzador. Rechazado por Morena rengó de su partido y de sus líderes nacionales y de quien fuera candidato de la alianza Morena-PAS a la gubernatura de Sinaloa, Rubén Rocha Moya; amenazó con obstaculizar la campaña estatal, profiriendo insultos a diestra y siniestra.
Para despresurizar el problema, el PAS lo abrazó y lo nominó su candidato a la presidencia municipal, legalizando su participación electoral por la vía de la alianza PAS-Morena; así fue como, con el apoyo del pasismo logró reelegirse alcalde de Mazatlán. Por el respaldo dado por el PAS, “El Químico” Benítez pactó o se comprometió ceder posiciones de primer nivel, de importancia administrativa y operativa, a militantes de este partido, pero se “rajó” al entrar en funciones.
Acostumbrado a pasar por encima de todos, empotrado en la presidencia, intentó imponer por encima del Cabildo al secretario del ayuntamiento, al tesorero y al oficial mayor, solo que los regidores se los rechazaron, y optaron por nombrar a otros, mientras que el alcalde recurrió a la argucia legaloide de un gabinete interino y a solicitar la intervención del Congreso del Estado-
El conflicto tiene el nivel solo para ser dirimido en el Tribunal Administrativo del Poder Judicial o bien en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. La intervención del Congreso se justificaría en caso de ingobernabilidad grave o extrema en el ayuntamiento para destituir al presidente municipal o declarar la desaparición total de los poderes en Mazatlán.
Dado que el conflicto amenazaba con crecer, el gobernador Rubén Rocha Moya intervino de mediador y convocó al Químico Benítez y a los regidores a solucionar sus problemas por el bien de la ciudadanía de Mazatlán.