Con pena y todo, mi estimado Evo
WILLIAM BARR EL MENSAJERO DE TRUMP
*A un día de su visita a México y de su encerrona con López Obrador, Evo Morales, se retira del País.
Imagen Sinaloa.- William Barr, Fiscal General de Justicia de los Estados Unidos, llegó a la ciudad de México, fue recibido por el presidente Andrés Manuel López Obrador a puerta cerrada, aunque no señalaron el tema específico, es obvio por los resultados posteriores.
El mes pasado el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, era el centro del blanco de un golpe de estado, el mandatario acusaba la intromisión del gobierno estadounidense, por lo que de manera inmediata fue cobijado por las izquierdas latinoamericanas, Venezuela, Argentina y México principalmente.
Andrés Manuel, dijo que su administración apoyaba a Evo Morales, sosteniendo el lema de la no intervención y la libre autodeterminación de los pueblos, el ex presidente bolivariano renunció y el gobierno mexicano fue a su rescate en una operación casi al estilo “Misión Imposible”, que fue presumida por el canciller mexicano Marcelo Ebrard, “lo salvamos porque estaba en riesgo su vida”, sostuvo por esas fechas.
Evo, fue recibido con alfombra roja, como un jefe de estado, lo que causó mucha molestia en la administración Trump, aunado a que Evo no respetó las reglas de asilo político, hacía política desde el territorio nacional hacia Bolivia, incluso fue interceptada una llamada dando instrucciones para crear el caos y desorden en aquel país centroamericano.
Aquí en México, AMLO en sus discursos matutinos desafiaba el poder norteamericano, pero para eso el más poderoso de los mandatarios del mundo se pinta solo, amenazó con categorizar a los narcos mexicanos como terroristas, para tener pretexto de intervenir militarmente a México.
Fueron muchos días de estira y afloje, hasta que el mensajero de la casa blanca William Barr, se entrevistó con el presidente López, la condición para no designar a los narcos como terroristas, era la inmediata expulsión de Evo Morales, así que con pena y todo, le solicitaron de la manera más amable que se retirara del país.
Lo que ocurrió esta tarde, sin el escándalo mediático como fue recibido no más de tres semanas antes, realmente lo sacaron por la puerta de atrás, cumpliéndose dos vaticinios, primero: Que dónde manda capitán, no gobierna marinero; segundo: Que el muerto y el arrimado a los tres días apesta.
Agregando finalmente, que dígase lo que se diga, el miedo no anda en burro.