A qué juega el presidente?
- Los meses de su gobierno, más desaciertos que aciertos
- Entre las descalificaciones y las acusaciones infundadas se han diluido las esperanzas en México
Imagen Sinaloa.- Una bomba provocó la denuncia del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando en su conferencia conocida como la mañanera, acusó a ex presidentes de la República, organismos empresariales, periodistas, partidos políticos, entre otros, de conformar un bloque opositor con el propósito de derrocarlo del gobierno.
Dio nombres y apellidos, solo le faltó dar las direcciones de los acusados, tal vez su denuncia prematura no fue del todo analizada por su equipo de asesores, no valoraron los alcances positivos o negativos que ocasionaría a la imagen de su presidencia y de todo el gobierno, prevalecieron los negativos, su actuar precipitado fue catalogado como un acto desesperado calificado además como una acción no adecuada para un mandatario, pues fundamentó su denuncia en un papel que de manera anónima le filtraron por debajo de la puerta, del cual no pudieron señalar la autoría a ninguna institución o persona alguna, es como si el presidente tomara como prueba fehaciente alguna publicación Fake News de las redes sociales.
Hace unos días, AMLO recriminó al gobernador de Jalisco, que el que acusa tiene la obligación de probar, lo que es cierto, en pleno derecho así es, de lo contrario sin pruebas, cualquier señalamiento queda en la categoría de mitote.
Hoy el presidente, a solo una semana de recriminar al gobernador Alfaro, comete el error de acusar sin prueba alguna, una denuncia basada en la perversa trama fabricada desde el propio gobierno, los resultados nefastos pusieron en evidencia el pobre nivel intelectual de López Obrador y sus funcionarios, pero más evidenciado quedó el gobierno federal como tal, al desnudarse que los servicios de inteligencia de la Segob, SEDENA, Marina, etc., no sirven absolutamente para nada, porque una cosa es que ya no se practique el espionaje, a otra cosa que no se cuenten con agencias de inteligencia gubernamental que sean capaces de confirmar la autenticidad de algún documento.
Un gobierno sin inteligencia, es como un barco que navega a la deriva, a la suerte, pues no advierte cualquier amenaza potencialmente riesgosa para el gobierno y para la sociedad en general, hoy López Obrador dejo constancia de esa debilidad gubernamental.
En sí, la acusación de que se formó el BOA, para impedir que Morena gane elecciones futuras, lo que para la oposición en una democracia es completamente normal y legitimo, el presidente en sus confusiones los mira y acusa como una especie de conspiradores, olvidándose que él proviene de ser oposición durante muchos años.
El BOA que dice el presidente es el Bloque Opositor Amplio, causó burlas, carcajadas y ridículo púbico a niveles internacionales, ubicando al jefe del ejecutivo federal, como un individuo pequeño e ignorante.
Mientras tanto las divisiones en la sociedad se acentúan y enconan de manera irreconociliable: prianistas, neoliberales, chayoteros y conservadores, mientras por otro lado los chairos, amlovers y otras especies.