¡Sálvese quien pueda!
Circunstancia de una pandemia que se salió de control
Recuerdo en los meses de noviembre y diciembre de 2019, cuando por las tardes me encontraba trabajando en mis oficinas ubicadas de Rosales norte, mientras redactaba mis escritos oía a la vez el noticiero de Radio fórmula de José Cárdenas, “…Ya son más de mil contagiados en Wuhan China por Covid 19, el nuevo virus que está matando a la gente…”, se dejaba escuchar la voz dulzona del periodista, así día tras día, luego anunciaría que también Italia, Inglaterra y España estaban en crisis de salud.
“… alarmante el incremento de personas contagiadas, ya suman más del millón…” informaba el noticiero, así día tras día. Pero quien esto escribe pensaba hacia sus adentros, “lo bueno que eso es al otro lado del mundo”, casi siempre me retiraba a las siete u ocho de la noche de mis oficinas, ya embargándome el espíritu navideño, llegaba a casa y con cierta normalidad de lo cotidiano, jamás pasar por mi cabeza que lo que sucedía al otro lado del mundo llegara hasta acá, eso era impensable, me acordé del Ebola la pandemia que ataco principalmente Guinea y extendido posteriormente a Liberia, Sierra Leona, Nigeria, Senegal, Estados Unidos, España, Malí y Reino Unido, me decía a mí mismo esto será igual es allá y allá se quedará.
Llegó navidad, por cierto una bonita navidad, días después el año nuevo 2020, el cuatro de enero festejé en mi cumpleaños en una fiesta que empezó a las dos de la tarde y que se prolongó a causa de los borrachos hasta las dos de la madrugada del día cinco, lo de los borrachos me reservo el nombre porque se trata de amigos importantes de la política local de mi ciudad, Los Mochis, Sinaloa.
Ya reiniciadas las actividades laborales, en febrero todos los medios de comunicación nacionales, estatales y locales, publicaban la noticia “Culiacán en Sinaloa, primer contagiado de Covid en México, se trata de un huésped del hotel Lucerna proveniente de Italia”, la noticia como digo fue espectacular, seguí pensando está aislado se alivia y se va, más confusión a mi pensamiento ver la algarabía, júbilo, bromas, memes en redes sociales, pitorreo, todo, los sinaloenses felices de tener los primeros lugares de la prensa nacional, aparentemente no paso a mayores y la vida siguió normal.
Un día de la primer decena de Marzo, la Juez de Control del Tribunal Penal de la Zona Norte, ya de por sí teníamos seis horas, declaró receso a la audiencia y la pospuso para el día siguiente a las nueve horas, abandoné la sala y salí al exterior donde me esperaba mi ayudantía personal, abordé mi suburban y ya en la carretera a la altura del ejido Felipe Ángeles, que se ubica a cuatro kilómetros del penal de Goros, suena mi celular, contesto y se trataba de una actuaria del juzgado que me indicaba que la audiencia de mañana se suspendía por tiempo indeterminado, que iban a cerrar actividades, fue cuando me percaté de la famosa “cuarentena” que se decretó por el gobierno ya por la tarde.
Vacaciones. El fin de semana mi entrañable amigo Rodolfo el taxista, mi hermano el Chacho y el licenciado Toribio, organizaron una carne asada en casa del Chacho, acudí gustoso, prácticamente era una fiestecita, a la semana siguiente programaron otra, no había nada que hacer, pero como periodista la información me llegaba de las instituciones de salud, enfrenté a mi hermano de manera seca, dura y tal vez hasta grosera, “delate de babosadas” no quiero reuniones ni andar en bolas, lo bueno que en ciertas ocasiones me obedece, cuida a tu familia y en cuanto a nosotros hicimos caso al pie de la letra las disposiciones de la autoridad, vivimos en cuarentena y sin trabajo más de cuatro meses.
En la carne asada de aquel veintiuno de marzo de 2020, nunca se imaginó Rodolfo, menos nosotros que fallecería de ese padecimiento tres meses después.
En agosto de ese año levantaron la cuarentena, y todos regresamos a la nueva normalidad. Pero antes durante la misma escuchaba excusas y pretextos en la gente como ejemplo: “no vamos a vivir encerrados toda la vida”, “Esa madre no existe, son inventos del gobierno”, “tengo que trabajar”, “No pasa nada”, “De algo te has de morir”, “La fiesta es solo en familia”.
En esos meses de marzo a finales de ese año, fácil me enteré de la muerte de unos doscientos conocidos, periodistas, abogados, policías, médicos, enfermeras, amigos de mi padre, parientes, funcionarios, maestros, en fin, de todas las edades y sexos, jóvenes y adultos mayores.
Las autoridades decían “quédate en casa”, nadie se quedó, “usa el tapabocas”, muchos decías son mamadas, no pasa nada, “Sana distancia metro y medio entre persona y persona”, tampoco hacíamos caso nos aglomeramos el día del niño, de las madres, del padre, etc., otros más valientes, jamás observaron la cuarentena ni el quédate en casa, la playa, ríos, paseos, carnes asadas, fiestas y reuniones sociales siempre estuvieron vigentes.
Hoy de nuevo somos noticia nacional, de nuevo el periodista José Cárdenas en Radio Fórmula informa: “…Sinaloa en semáforo en rojo, se agrava la pandemia, igual en el estado de…”, pero la gente seguimos con las excusas “Otra cuarentena ni de locos”, “El gobierno tiene la culpa”, “López Obrador es un inepto”, “Como se terminaron las campañas electorales, ahora sí hay pandemia”, un sin fin de diversas opiniones, que la vacuna tal no sirve, que la china no, la buena es la gabacha, seguimos sembrando la discordia y la confusión, ¿La culpa es del gobierno? No lo dudo, del federal y el estatal, puede ser, pero también es innegable el programa de vacunación, no se vacuna quien no quiere, a nadie se las niegan, el gobierno no quiere cerrar actividades generales entiéndase otra cuarentena por el alto costo político y económico, aunque con ello se muera quien se tenga que morir.
Pero independientemente de lo que haga el gobierno, creo que los primeros interesados en mantenernos a salvo de los contagios, somos las personas, los ciudadanos, que tenemos la obligación de acatar normas y directrices, no asumir conductas retadoras pensando a los demás si les pega a mí no, pero tristemente nadie se cuida, nos hacemos bolas en las tortillas, en el súper, en los gimnasios, en los restaurantes, en las filas para pagar en las ventanillas de gobierno, no usamos cubre bocas y el gel, el gel ya se nos olvidó, guantes ni hablar.
Mientras tanto muchas más personas mueren, conocidas y desconocidas, los hospitales se volvieron a convertir en áreas Covid, ya casi abarrotados, pero no pasa nada, la gente seguimos igual que antes, valiéndonos un cacahuate la pandemia, ante esto y que al gobierno le importa poco la desgracia ajena, con el cuento de que ellos no la provocaron, es una pandemia mundial, se justifican con lo que a sus alcances pueden hacer, lo que sí, es que las personas debemos colaborar cada quien desde su casa, con sus cuidados personales, no salir por salir, y si nos quedamos en casa el mayor tiempo posible, solo salir lo necesario a trabajar, pero suspender fiestas y paseos, casi es seguro lograr que se baje el índice alto y alarmante de contagios, si no lo hacemos, pues como bien lo dice el Presidente del Partido Sinaloense “SALVESE QUIEN PUEDA”.